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Informe 12 - Observatorio de la Educación

Observatorio de la Educación

INFORME 12: LA EDUCACIÓN DE JÓVENES Y ADULTOS: UNA OPORTUNIDAD HACIA LA SUPERACIÓN

Autores: Margarita Chaves Bonilla (Observatorio de la Educación) y Mario Santos Castillo (CINDEA República de Nicaragua)

El presente informe tiene como propósito aportar una serie de elementos teóricos y metodológicos en relación con la educación de jóvenes y adultos. Para ello, se hará especial mención de los Centros Integrados de Educación de Adultos (CINDEA) en Costa Rica. El análisis se contextualiza a partir de la realidad tanto de los estudiantes como de los docentes que laboran en los CINDEA. De esta forma, se presentarán los resultados de una revisión bibliográfica, la cual será nutrida con testimonios y los resultados de cuestionarios.

Los CINDEA son programas especiales del Ministerio de Educación Pública (MEP), cuyo fin es que las personas adultas puedan concluir sus estudios tanto de primaria como secundaria. Estos “atienden las necesidades educativas de la población joven y adulta en las diversas comunidades mediante las sedes y los satélites” (Ministerio de Educación [MEP], 2023a, p. 8). Estos programas desarrollan el Plan de Estudios de Educación de Adultos (una adecuación de los contenidos del currículum nacional), el cual, en 1993, fue aprobado por el Consejo Superior de Educación (CSE), por medio del Acuerdo N° 33-93. En el año 2013, a través del Acuerdo 10-23-13, el CSE aprueba una serie de modificaciones que están vigentes hasta la fecha (MEP, 2023a).

El plan de estudios de los CINDEA responde a tres áreas de desarrollo humano: académica, socio-productiva y de desarrollo personal. Las asignaturas se rigen por medio de módulos, que emanan de los programas oficiales del MEP, los cuales poseen un determinado número de créditos. Un módulo es una “unidad de organización curricular autónoma y flexible; orienta situaciones de aprendizaje activas y participativas surgidas de la experiencia o vivencia cotidiana de la persona joven y adulta” (MEP, 2023a, p. 9). Cada módulo se organiza en periodos y se aprueba de manera independiente, lo que, según el Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes, implica que un módulo no es requisito para avanzar al siguiente (MEP, 2023a). En este sentido, los programas se condesan en los llamados “descriptores”, que constituyen una guía orientadora para que el docente elabore el planeamiento didáctico de cada uno de los períodos de los módulos que imparte (MEP, 2023a).

En la siguiente figura, puede observarse la estructura y organización del Plan de Estudios de Educación de Adultos:

Figura 1

Fuente: Información tomada de MEP (2023a).

Como se logra observar, la oferta convencional se divide en tres niveles, que corresponde a los del sistema educativo costarricense. El nivel III, que equivale a la Educación Diversificada, posee tres salidas, las cuales se describen a continuación: 

  • Académica: Luego de concluir el Plan de Estudios de Educación de Adultos, así como los requisitos correspondientes, se otorga el título de Bachiller en Educación Media. 
  • Técnica: Algunos CINDEA, además del título de Bachiller, pueden otorgar un Título de Técnico Medio, según la especialidad cursada. 
  • Artística: Similar a la salida técnica, se ofrece la posibilidad de obtener una especialización centrada en artes (MEP, 2023a).

En lo que respecta a la oferta emergente, esta se define a partir de las necesidades e intereses de cada comunidad. Se ofrecen módulos en diferentes atinencias (hay un total de 359 módulos), tales como Inglés Conversacional, Preparación y servicios de productos de repostería, Alta costura, Corte de cabello clásico y alta peluquería, Taller de pintura, Software de Aplicación, Mantenimiento preventivo de Computadoras, Servicio al cliente, Diseño de página web, Taller de Teatro, Principios de contabilidad, Aprendiendo a Barismo y coctelería… Cuando el estudiante haya aprobado un módulo de la oferta emergente, se emitirá un certificado de aprovechamiento con los aprendizajes adquiridos (MEP, 2023a).

El Estado costarricense, por medio del MEP y con la ayuda de otras instituciones, desde hace ya vario tiempo, ha hecho grandes esfuerzos por dotar de diversas modalidades o programas a las personas adultas que deseen concluir los estudios, ya sea de primaria o de secundaria. En este sentido, hay una gran variedad de opciones, como lo son los colegios nocturnos, los CINDEA, los Institutos Profesionales de Educación Comunitaria (IPEC), los Colegios Nacionales de Educación a Distancia (CONED), además de las otras modalidades que existen actualmente para sacar el Bachillerato en Educación Media.

En los últimos años, la necesidad de que existan este tipo de modalidades no tradicionales ha sido palpable, ya que, como lo señala el Séptimo Informe del Estado de la Educación (2019):

[…] el crecimiento de 42.383 estudiantes en la matrícula en secundaria entre 2011 y 2018 se explica, en un 71,6%, por el aporte de las modalidades no tradicionales de la oferta educativa. Dentro de ellas sobresalen los Centros Integrados de Educación de Adultos (CINDEA), donde la cantidad de estudiantes en secundaria pasó de 24.485 a 46.404 en esos años. (p. 39)

Siguiendo la misma línea, el MEP (2021) señala que ha ocurrido un crecimiento significativo en la matrícula de los CINDEA, pues pasó de 32 696 estudiantes en 2011 a 75 953 en 2020; es decir, hubo un aumento de 42 984 personas. Con los IPEC, la situación ha sido similar, a pesar de que entre el 2011 y 2015 la matrícula iba en descenso, a partir del 2016 aumentó y superó los 26 000 estudiantes (MEP, 2021).

Los datos mencionados anteriormente reflejan la gran urgencia de que existe en el país de implementar programas, por medio de los cuales miles de personas logran concluir sus estudios de primaria y secundaria. Esta necesidad de abrir más centros educativos para jóvenes y adultos responde a generar más posibilidades para que las personas que han quedado rezagadas del sistema educativo puedan incorporarse y concluir sus estudios de secundaria. En ese sentido, los CINDEA constituyen espacios que elevan la probabilidad de que estos jóvenes y adultos puedan obtener su título de Bachillerato en Educación Media e integrarse al mercado laboral mejor preparados o ingresar a una universidad.

Es innegable que los centros educativos, en especial los CINDEA, son una caja de resonancia en sus comunidades, pues propicia transformaciones sociales significativas, sobre todo en aquellas comunidades que enfrentan situaciones de riesgo social. En este sentido, la educación se presenta como un “salvavidas” frente a las múltiples problemáticas sociales, económicas y culturales.

Es importante destacar que muchas personas en estas comunidades dieron su primer paso hacia la superación gracias a una escuela o colegio y, con el tiempo, se convirtieron en abogados, doctores, profesores, ingenieros, entre otros profesionales. Por tanto, estos centros educativos se han transformado en instrumentos clave para el bienestar y el cambio social en sus comunidades. Como señala Palomares (2003), “las investigaciones actuales demuestran que las relaciones entre escuela y comunidad son cada vez más relevantes y decisivas en el proceso de aprendizaje de las personas, las propuestas curriculares deben ir también en esta línea” (p. 261).

Por lo tanto, no se debe subestimar el potencial de los centros educativos y el profundo impacto sociotransformador que pueden generar. Los CINDEA han demostrado ser pilares en sus comunidades educativas, ya que, en muchos casos, actúan como una de las últimas fronteras para mejorar la escolarización y ofrecer nuevas oportunidades a quienes más lo necesitan. Tal como se muestra en el siguiente testimonio de Paola Salazar, quien fue estudiante del CINDEA República de Nicaragua y actualmente es Licenciada en Ciencias de la Educación I y II Ciclo:

Mi paso por el CINDEA fue relativamente corto, si se relaciona con todo lo que influyó en mí, fueron dos años maravillosos, donde aprendí más que saberes, me dieron la visión de un futuro distinto, me dio la confianza de creer en mí, de esperar más y esforzarme por dar lo mejor. Los docentes me inspiraron, me brindaron su mano y me hicieron saber que en la institución tenía una familia, que me apoyaba y mantenían el mismo sueño que yo, verme triunfar.

Como se desprende de las reflexiones anteriores, la educación de adultos representa un paso fundamental hacia la superación tanto personal como social. Estos espacios ofrecen una oportunidad para quienes -por diversas razones- quedaron rezagados en su formación académica. Más allá de ser un simple recurso para completar la escolaridad, la educación de adultos podría decirse que es un verdadero promotor de cambio, ya que proporciona a cada individuo las herramientas necesarias para construir su futuro, como se señaló anteriormente. En este sentido, no es solo una segunda oportunidad, sino una afirmación del valor intrínseco de la educación como derecho universal, capaz de transformar vidas y sociedades enteras, tal como se muestra en el siguiente testimonio, dado por Karen Marcela Umaña Ureña, quien estudió también en el CINDEA República de Nicaragua y actualmente se desempeña como trabajadora en el área de la salud en la Caja Costarricense del Seguro Social:

Primero pensé que tal vez por mi edad ya era tarde para alcanzar ese objetivo y meta en mi vida de sacar mi secundaria al tener en ese momento 35 años y siendo madre de tres hermosas hijas y pasando un proceso difícil en mi familia el estudiar y enfocarme en mi como persona me ayudó a salir con tantas dificultades, no digo que fue sencillo porque siempre podemos encontrar personas en nuestro camino ya sea que nos den apoyo como otras que no y que más bien traten desmotivarnos.

Los profesores, las amistades que logré conseguir en ese proceso fueron esenciales en mis triunfos, les estoy inmensamente agradecida, porque gracias a ellos y a la institución logré darle un giro a mi vida para beneficio de mi familia.

Los testimonios anteriores muestran el impacto positivo que tiene la educación para adultos. Actualmente, son muchos los profesionales que iniciaron su formación en estos programas y, con el pasar de los años, han contribuido significativamente al progreso de nuestra sociedad.

Es de suma importancia señalar que, al tratarse –en su mayoría– de una población adulta, estos estudiantes aportan experiencias de vida muy valiosas, lo cual hace que la comprensión del entorno (incluyendo las problemáticas sociales, políticas y culturales del país) sea más profunda. Esta perspectiva les permite desarrollar un pensamiento crítico desde las aulas.

Por último, es de gran relevancia destacar que muchos de los estudiantes en programas de educación de adultos –en cualquiera de sus modalidades–, son padres o madres, además de que ya han ingresado al mercado laboral. Esta diversidad de experiencias y roles hace que el proceso educativo sea muy enriquecedor y, además, subraya el compromiso de estos estudiantes con su desarrollo y, consecuentemente, el de sus comunidades.

A continuación, se presenta los resultados de una encuesta realizada en el CINDEA República de Nicaragua, en la que participaron 37 estudiantes. El cuestionario incluyó tres preguntas relacionadas con la gestión educativa a nivel curricular, dirigidas a estudiantes de II y III nivel del plan de estudios de los CINDEA. Es importante destacar que la muestra estuvo compuesta por estudiantes de diferentes grupos etarios, ambos sexos y diversas secciones del centro educativo, lo que brinda una visión amplia y representativa de la percepción estudiantil en este contexto.

Para tener un primer acercamiento, se les consultó a los estudiantes cómo consideran que es el plan de estudios del CINDEA, las respuestas fueron las siguientes:

Figura 2

En relación con el gráfico anterior, la mayoría de los estudiantes (73 %) considera que el plan de estudios del CINDEA es “muy completo”, lo que indica una percepción general positiva sobre la adecuación y satisfacción de los contenidos ofrecidos. Sin embargo, un 16,20 % cree que “requiere mejoras” y un 10,80 % lo percibe como “muy básico”, lo que sugiere que, aunque el currículo es bien valorado por la mayoría, existe una porción significativa de estudiantes que identifica áreas donde se podría profundizar o mejorar, lo cual señala la necesidad de considerar ajustes que aseguren que el plan de estudios responda de manera más efectiva a las diversas expectativas y necesidades de toda la población estudiantil.

Seguidamente, se les preguntó a los discentes si consideran que, además de los módulos de la oferta convencional, se deben brindar módulos de la oferta emergente. Al respecto, los encuestados mencionaron lo siguiente:

Figura 3

Como se logra observar en el gráfico anterior, la gran mayoría (83,8 %) indica que la apertura de módulos de la oferta emergente es una necesidad a nivel estudiantil, lo cual es un indicador que debe considerar la gestión educativa curricular del centro educativo. En este punto, es importante recordar que la apertura de estos módulos (o cursos) dependerá de las necesidades e intereses de cada comunidad y de la gestión que se realice desde el CINDEA para abrirlos.

En el contexto laboral actual, los cursos técnicos ofrecidos en la modalidad emergente se han convertido en una herramienta de gran importancia para que los estudiantes puedan integrarse al mercado laboral, que cada vez es más competitivo y demanda individuos altamente capacitados. Por lo tanto, es importante que el centro educativo priorice la gestión para la apertura de estos módulos, de modo que pueda asegurarse que los estudiantes adquieran las competencias y herramientas necesarias para enfrentar los desafíos laborales actuales.

Por último, a los discentes se les interrogó sobre qué aspectos creen que se deban mejorar en el CINDEA. Las respuestas se muestran enseguida:

Figura 4

En el gráfico anterior se presentan las opciones que los estudiantes consideran para identificar las áreas de mejora en la institución educativa. El porcentaje más alto, con un 57 %, corresponde a la necesidad de fortalecer la infraestructura. A continuación, el 32% de los estudiantes señala que se deben establecer horarios más flexibles. Finalmente, el menor porcentaje, con un 11 %, corresponde al fortalecimiento de la malla curricular. Esta distribución sugiere que, aunque la infraestructura es la principal área de preocupación, también existe una demanda significativa por horarios más flexibles, mientras que la malla curricular es percibida como menos prioritaria.

En muchos manuales del MEP se hace referencia a la mediación pedagógica. Sin embargo, es importante destacar que esta noción suele limitarse a los procesos de aprendizaje dirigidos exclusivamente a menores de edad. Esto plantea la siguiente interrogante: ¿es posible aplicar el concepto de mediación pedagógica en contextos de educación para adultos, como en los CINDEA y colegios nocturnos?

Dado el perfil de los estudiantes en los CINDEA, que en su mayoría son adultos de entre 30 y 55 años, resulta más adecuado hablar de mediación del aprendizaje en lugar de mediación pedagógica. Los docentes deben adaptar la mediación del aprendizaje al contexto específico del aula y ajustar la planificación y las actividades educativas a la realidad de los estudiantes, considerando sus características y experiencias.

Para obtener una visión más detallada sobre las prácticas docentes en el aula, se realizó una encuesta a 15 profesores que trabajan en el CINDEA. Esta encuesta abordó aspectos como la motivación hacia los estudiantes, el fomento del pensamiento crítico y la planificación de actividades.

En primer lugar, se les preguntó a los profesores si estimulan la participación y aportes de los estudiantes, al impartir los diversos temas. Las respuestas se observan en el siguiente gráfico:

Figura 5

Los resultados muestran que el 20 % de los profesores afirmó que siempre estimulan la participación. Un 53,3 % indicaron que lo hacen casi siempre, mientras que el 20% mencionaron que lo hacen a veces. No se registraron respuestas en las categorías de “Casi nunca” y “Nunca”. Estos resultados muestran que una mayoría significativa de los profesores tiende a valorar e implementar estrategias para fomentar la participación estudiantil, con un enfoque particularmente fuerte en la estimulación continua de la interacción en el aula.

Seguidamente, a los docentes se les preguntó si, para abordar las diversas temáticas, realizan actividades como debates o conversatorios, donde los estudiantes den sus opiniones y posturas con libertad y sin temor a ser juzgados. Al respecto respondieron lo siguiente:

Figura 6

Los resultados mostrados en el gráfico anterior reflejan diversidad en la práctica de estas actividades. Un 26,7 % de los docentes afirmó que siempre realiza este tipo de actividades, mientras que un 20 % señaló que lo hace casi siempre. Sin embargo, un 40 % indicó que solo a veces implementa estas dinámicas, y un 13,3 % mencionó que casi nunca las lleva a cabo. No se registraron respuestas en la categoría de “Nunca”. Estos datos sugieren que, aunque una parte de los docentes promueve regularmente la participación libre y sin juicios en sus clases, aún existe un porcentaje significativo que lo hace con menos frecuencia, lo que podría limitar las oportunidades de los estudiantes para desarrollar habilidades críticas y expresivas en un entorno seguro.

A continuación, se preguntó si inician sus clases con una actividad de motivación o hacen algo diferente para el estudiantado. Las repuestas pueden observarse en el siguiente gráfico:

Figura 7

Los resultados muestran que la implementación de actividades motivacionales no es una práctica común entre todos los docentes de los CINDEA. Solo una pequeña fracción de los docentes, un 13,3 % indicó que casi siempre comienza sus clases con actividades de motivación; un 40 % afirmó que lo hace a veces, un 26,7 % mencionó que casi nunca lo hace y un 20 % señaló que nunca emplea este tipo de estrategias.

Este análisis debe contextualizarse considerando que la mayoría de la población estudiantil adulta trabaja durante el día y asiste a clases por la tarde o noche, lo que a menudo resulta en un estado de cansancio. En este sentido, iniciar las clases con actividades que generen motivación, análisis y participación activa es beneficioso para mantener el interés y la energía de los estudiantes; esto podría ayudar a romper muchas de las barreras que se señalaron en apartados anteriores de este informe. Aunado a ello, la falta de estas actividades puede afectar negativamente la capacidad de los estudiantes para participar y beneficiarse plenamente de la clase, especialmente en contextos donde se requiere un alto nivel de compromiso y reflexión, como en la educación de jóvenes adultos. Estos datos sugieren que podría ser valioso para los docentes reconsiderar la implementación de estrategias motivacionales al inicio de sus clases para mejorar la experiencia de aprendizaje de su población estudiantil.

A modo de cierre

Como se ha logrado ver a lo largo de este informe, la educación de jóvenes y adultos representa una oportunidad para mejorar la calidad de vida de estos, así como fomentar el desarrollo personal y profesional en Costa Rica. Estos centros permiten que las personas que han quedado rezagadas en su educación formal logren obtener su título de Bachillerato, además de que se convierten en espacios de transformación social en comunidades que, muchas veces, enfrentan diversas problemáticas. A pesar de su gran importancia, como se señala en el informe, estos programas enfrentan una serie de desafíos que afectan su eficacia, tales como las barreras socioculturales, económicas y de infraestructura. Es trascendental que se continúen apoyando y mejorando las condiciones de los CINDEA para que puedan cumplir su misión de manera efectiva.

Contraloría General de la República [CGR]. (2023). Informe de Auditoría sobre la Eficiencia y Eficacia del Servicio de Educación para las Personas Jóvenes y Adultas. https://cgrfiles.cgr.go.cr/publico/docs_cgr/2023/SIGYD_D/SIGYD_D_2023019138.pdf

Fernández Palomares, F. (2003). Sociología de la Educación. Editorial Pearson Educación, S. A. https://sociologiaeducativa.wordpress.com/wp-content/uploads/2018/02/sociologia-de-la-educacion.pdf

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